Mañana es el día de la madre, y la mía ya no está para felicitarla. Pero cada día, aún un montón de cosas me recuerdan a ella.
Un foulard que me dejó. Los neceseres que me hizo y que uso para todo. La toalla-turbante que me compró. Cada vez que en las redes me encuentro su perfil.
Esté donde esté, le dedico esta entrada. A ella, mi mayor fan. La que me siguió desde el primer momento y se las leía todas.
Tengo grabado en la mente uno de sus últimos comentarios: Cada vez me gustan más.
Me gusta pensar que me aún me lee desde donde quiera que esté.
Contenido de esta entrada
Cosas que aprendí de mi madre
Justo cuando mi madre se iba, publicaba Sara de mamis y bebés una entrada sobre las cosas que aprendió de sus padres. Tardé varios meses en poder leerla.
Y mientras, iba dándole vueltas, a todas las cosas que aprendí yo de mi madre. Que han sido muchas.
Así que no veo mejor momento que ahora, para el día de las madres, para poner orden a esas ideas, y dedicarle esta entrada a mi madre.
Con ella aprendí a soñar
Desde que era muy pequeña, jugábamos a menudo a soñar.
Nos montábamos castillos en el aire, y nos imaginábamos por ejemplo, qué haríamos si nos tocase la lotería.
Y bueno, a veces, no hace falta que te toque la lotería. Ella me dijo, en el último año, que había conseguido en la vida todo lo que ella había querido.
También a ser crítica
Así como soñábamos, y me leía cuentos, también me enseñó a no dar las cosas por sentado y reflexionar sobre las cosas.
Por ejemplo, lo que ella llamaba «destripar los cuentos». Cuando ya fui más mayor, no sólo me contaba o me leía cuentos, sino que me animaba a ver más allá de la historia bonita. ¿Y te parece lógico que manden a caperucita sola por el bosque? ¿Y no crees que se daría cuenta que no es su abuela sino el lobo?.
A ser fuerte y salir adelante
Con ella aprendí que de casi cualquier situación se puede salir adelante.
Ella pasó una infancia muy dura, pero consiguió superarlo, pasar página y criarme con un montón de respeto.
Mis padres se separaron cuando yo era muy pequeña. Y ella «tiró para alante» conmigo. Estuvimos muchos años solas, y ella siempre supo apañárselas.
Muchos años después, encontró de nuevo a alguien. Que la quiso muchísimo y la acompañó en sus sueños.
En todas las situaciones complicadas que hemos pasado, incluido el último año, luchando contra el cáncer, siempre se ha mostrado muy fuerte y valiente.
Que no quiere decir que no haya tenido sus momentos de duda o de bajón. Pero los acababa superando.
A luchar por lo que quieres
En la línea de lo anterior, ella nunca se rindió, nunca se callaba cuando pensaba que algo no estaba bien. Era muy adelantada para su tiempo, y tuvo que nadar mucho a contracorriente.
Y trabajó duro para conseguir cumplir sus sueños. Si un castillo se le hundía, enseguida empezaba a poner cimientos a otro. Y así, aunque ojalá hubiese estado muchos más años con nosotros, vivió una vida plena.
La parte de reconstruir es la que a mi me costó un poco más de aprender, pero creo que ya le voy pillado el tranquillo.
Ser ahorrativa
Siempre hemos dicho, que mi madre de una peseta sacaba un duro. Nunca hemos nadado en la abundancia, pero siempre hemos tenido para lo necesario y un poquito más.
Desde muy jovencita además, me dejó gestionar mi dinero. Y la verdad, es que no me he apañado mal nunca. Incluso en los peores momentos que ya con mi familia nos ha tocado apretarnos el cinturón, hemos salido adelante.
Disfrutar de la playa
Desde que apenas tenía unos meses, hemos ido a la playa casi cada año.
Muchos años, ella y yo solas. Tengo muchos recuerdos de aquellas vacaciones.
Jugaba con la arena conmigo, y yo me rebozaba como una croqueta. También me enseñó lo divertido que era saltar las olas.
Hay que superar la vergüenza
Bueno, esto intentó enseñarmelo siempre. Aunque creo que soy mucho más vergonzosa de lo que ella fue, y que todavía me corto mucho. Supongo que es algo que con los años también se va perdiendo, aunque yo a ella la recuerdo de siempre muy echada para alante.
Disfrutar de la vida
Sus últimas lecciones, las que más me han calado. Ha sido ser capaz de disfrutar a tope del tiempo que le quedó, una vez le dieron el diagnóstico.
Llora lo que quieras. Me dijo. Pero vamos a disfrutar el tiempo que tengamos.
Por suerte, aún tuvimos algo más de un año. Y vaya si lo hemos disfrutado.
Sonreir mucho
Y sobre todo, aunque siempre ha sonreído mucho, este último año especialmente. Esta foto, del día de Navidad, unas semanas antes de dejarnos. Sabiendo ambas que podría ser de las últimas fotos juntas que tendríamos, me recuerda lo importante que es sonreir.
Lo que aprendí de mi madre
Aunque he aprendido seguro muchísimas más cosas, estas son las que he recopilado en estos meses de reflexión.
Me enseñó…
A soñar. A ser crítica. Ser fuerte. Luchar por mis sueños. Ahorrar. Disfrutar de la playa. Superar la vergüenza. Disfrutar de la vida. Y sobre todo, a sonreír más.
Te animo a que pienses qué cosas aprendiste tú de tu madre, o de tus padres. Puedes compartirlo si quieres, o no, o mandárselo a ellos si aún les tienes contigo.
Feliz día a todas las madres.
Feliz día mamá.
Madre de dos hijos, bloguera, informática, diseñadora web freelance, asesora de lactancia, viví 5 años en Alemania y luego regresé a España.
Soy de esas personas que siempre tienen que estar ocupadas y me meto en 50 cosas a la vez. Y de alguna manera, todo acaba saliendo.
Aquí en mi Blog Las Aventuras de Taisa, encontrarás información sobre todo lo que me interesa y espero pueda interesarte también: Maternidad, Manualidades y Vida en Alemania.